Cómo saber si la fase de "comida delicada" de su hijo es normal
Si tienes un hijo que es quisquilloso con la comida, no estás solo. Casi la mitad de todos los niños pasarán por un perÃodo delicado para comer en los primeros años. Tenga la seguridad de que la negativa de los niños a comer alimentos es una etapa normal del desarrollo.
De hecho, la inquietud por la comida aseguró la supervivencia de nuestros ancestros "hombres de las cavernas". La preferencia por los sabores dulces y grasos prioriza el almacenamiento de energÃa (excelente en tiempos de escasez de alimentos), mientras que el rechazo de alimentos desconocidos o sabores amargos (que se encuentran más comúnmente en las verduras) ayuda a evitar la ingestión de toxinas potenciales.
A diferencia de nuestros antepasados, tenemos muchas opciones con una amplia gama de alimentos seguros, sabrosos y densos en energÃa. La resaca evolutiva del rechazo de los alimentos ya no sirve como una función de supervivencia, pero hoy en dÃa se golpea con el término "comer quisquilloso".
Si bien los genes que determinan la inquietud por la comida pueden haber sido transmitidos por nuestros antepasados, no son necesariamente nuestro destino.
Exponer a los niños pequeños a una variedad de alimentos, especialmente frutas y verduras antes de los dos años de edad, se asocia con una alimentación más delicada en el futuro. Aprender viendo y probando aumenta la familiaridad de un niño con un alimento y, finalmente, aprende a que le guste.
Esto requiere mucha paciencia por parte de los padres. En un intento por acelerar este proceso, los padres preocupados pueden usar prácticas de alimentación contraproducentes, como presionar y usar los alimentos como recompensa.
Teniendo en cuenta el alto nivel de preocupación por la ingesta delicada y los beneficios de consumir una dieta variada, los padres deben saber cómo manejar el rechazo de los alimentos.
Calidad sobre cantidad
Las respuestas de los padres al rechazo de los alimentos desde el principio son clave. La evidencia sugiere que cuando se alentó a las madres a proporcionar alimentos nutritivos, mientras dejaban que su hijo decidiera cuánto comÃan o si comÃan ("el padre proporciona, el niño decide") respondieron de manera más apropiada al rechazo de los alimentos. Las respuestas apropiadas incluyen:
- continuando re-ofreciendo comida rechazada
- evitando presionar
- Evitar el uso de alimentos como recompensa.
- Evitando ofrecer una comida alternativa.
Tres años después, sus hijos comÃan una mayor variedad de frutas y verduras. Este estudio sugiere que los padres prioricen el servicio de una variedad de alimentos de alta calidad en lugar de garantizar una cantidad adecuada.
Mejores pautas para los padres.
Las GuÃas Alimentarias de Australia recomiendan que los niños coman "alimentos suficientes" de los cinco grupos de alimentos para apoyar el crecimiento y prescriben tamaños de servicio por cuánto es suficiente.
Estos tamaños de servicio son los mismos que los utilizados para adultos. Por ejemplo, se recomienda a un niño de dos a tres años de edad que coma 2.5 porciones de verduras por dÃa, con una porción de 75 g. Pero estos tamaños de servicios no se basan en cuánto comen realmente los niños.
Los niños pequeños comen porciones más pequeñas que los adultos, pero comen más a menudo durante el dÃa. La preocupación es que los tamaños de servicio prescriptivos pueden promover expectativas poco realistas para los padres sobre cuánto puede comer un niño en una sola sesión.
Muchos padres describen a sus hijos como si no tuvieran mucho apetito un dÃa, pero al dÃa siguiente son insaciables. Esto es normal. De hecho, los tamaños de las porciones en las directrices nacionales se basaron originalmente en lo que deberÃa ser la ingesta dietética de un niño pequeño durante toda la semana.
Las recomendaciones se redujeron a un solo dÃa, tal vez en un intento por hacer que el mensaje sea más fácil de entender. Tomar en consideración el consumo de su hijo durante la semana, en lugar de un solo dÃa, puede ser más revelador de si su niño está "comiendo lo suficiente".
El crecimiento de los niños disminuye después del primer año de vida y, por lo tanto, requieren menos energÃa (o kilojulios) para el crecimiento. Los niños tienen una excelente regulación de la energÃa, por lo que su apetito y la cantidad que comen reflejarán esto. Esta es una razón fundamental por la que debemos evitar el "miedo al hambre" si los niños rechazan la comida o no la terminan, y por eso monitoreamos el crecimiento con el tiempo.
Si bien las directrices desempeñan un papel importante en el desarrollo de polÃticas y la salud de la población, las directrices que se centran en cuánto deberÃa comer un niño pueden no necesariamente ayudar a nuestros padres. Pero ellos pudieron.
Las pautas podrÃan enfatizar los beneficios de la exposición repetida y la experimentación en las comidas para ayudar a los niños pequeños a desarrollar preferencias de alimentos saludables. Y el enfoque debe pasar de la cantidad a la calidad.
Cuándo buscar asesoramiento profesional.
Distinguir entre una alimentación delicada con un desarrollo normal y posibles banderas rojas es importante para los padres. Considere buscar asesoramiento profesional de su médico de cabecera o de un profesional de la salud asociado si su hijo:
- está fallando en su crecimiento (cruce a la baja de percentiles en las tablas de crecimiento)
- Está "atascado" en texturas particulares
- Tiene menos de 20 alimentos que aceptan en su dieta.
- evita un grupo alimenticio completo
- Ha tenido un historial de trauma alrededor de las comidas.
La próxima vez que se enfrente con un tenedor en el camino cuando su hijo rechace los alimentos, recuerde que su tarea es proporcionar una variedad de alimentos de alta calidad. Los niños pueden decidir cuándo es suficiente.
Este artÃculo apareció originalmente en la conversación.