Pokémon Go acaba de hacer un milagro para un niño pequeño con autismo
Vivimos en un mundo mecánico que da vueltas y más vueltas, donde las personas corren ajetreadas todos los dÃas, y los problemas y desafÃos nunca parecen terminar. El mundo también puede ser dolorosamente injusto, hacer que te sientas impotente y triste, y orar para que ocurra un milagro. Pero los milagros no ocurren, ¿verdad? No fuera pelÃculas y novelas mágicas, seguramente. Bueno, para Ralphie y sus padres, de 6 años, ¡un milagro más grande que la vida acaba de suceder, gracias a una aplicación de juegos móviles!
Ralphie Koppelman es un niño pequeño que padece un trastorno del espectro autista. Este es un trastorno grave del desarrollo, lo que significa que Ralphie siempre ha luchado para hacer amigos, adaptarse a los cambios, hablar con la gente o incluso hacer contacto visual con ellos. Lo que es peor, el pronóstico para el autismo es deprimente; no es algo que se cura cuando los niños crecen.
Sus padres habÃan aceptado que Ralphie siempre encontrarÃa las cosas mucho más difÃciles que el próximo niño. Era una realidad con la que vivÃan, una realidad que no se podÃa cambiar. Y luego, recientemente, sucedió algo que solo puede ser descrito como un milagro. Una amiga de la madre de Ralphie le recomendó que descargara un juego móvil llamado Pokémon Go. Su madre era escéptica, pero ella lo descargó de todos modos y le presentó a su hijo.
Lo siguiente que supo fue que Ralphie conversó con una joven en una panaderÃa del vecindario.
Ralphie chocó a otro chico que conoció en la calle e hizo contacto visual.
Y aquà está el problema, Ralphie le pidió a su madre que lo llevara al patio de recreo, algo que no es parte de su rutina y siempre le ha causado una gran ansiedad.
Aquà hay algunos antecedentes para ayudarlo a darse cuenta de la gran extensión del milagro: los niños con autismo tienen una fuerte aversión a un cambio en la rutina, ¡pero aquà estaba este niño que lo pedÃa! Además, Ralphie siempre ha evitado el patio de recreo cuando otros niños se burlan de él y no tiene idea de cómo formar parte de un grupo con ellos. Pero incluso mientras su madre miraba, se unió a todos los otros niños y ¡estaban cazando Pokémon juntos!
Si te has estado preguntando de qué se trata todo esto, Pokémon Go es un juego que utiliza el GPS y el reloj de tu teléfono para conocer tu ubicación. Entonces, listo, los Pokémon realmente aparecen a tu alrededor, en el patio de recreo, detrás de los árboles, cerca de la piscina, y tienes que ir a atraparlos. A pesar de que aparecen en la pantalla de su teléfono, por supuesto, las coloridas criaturas están volviendo locas a las personas y el juego se ha convertido en un fenómeno de la noche a la mañana. Esta tiene que ser una manera asombrosa de hacer que la gente se mueva y se encuentre con gente. Exactamente lo que ha estado pasando con Ralphie.
“Lo llamarÃa la primera prueba de Ralph de lo que es tener algo en común con el resto del mundo. Fue este hermoso momento cuando mi hijo era como cualquier otro niño. Al ver que la aceptación fue grande. Se emociona lo suficiente como para querer comunicarse y comunicarse. Es como un despertar en su socialización.
Lo dejamos disfrutar del juego, pero también intentamos ayudarlo a aprender que no necesita el juego para hacer esas cosas. Todo esto suena tan melodramático, pero decir que no es verdad serÃa una mentira. Es nuestro pequeño milagro ".
- Lenore Koppelman, la madre de Ralphie.
Por todo lo que los teléfonos móviles y los juegos de realidad virtual reciben, ¡un milagro como este perdona todo! Algo se ha disparado en este niño y ahora es menos rÃgido, más flexible, más extrovertido y mucho, mucho más feliz. Si nosotros, como padres, podemos lograr el equilibrio perfecto entre el tiempo que pasamos con los dispositivos y el tiempo que pasamos en el mundo real, puede ser un gran beneficio para todos. De hecho, la investigación ahora ha demostrado que los videojuegos pueden enseñar a sus hijos valiosas lecciones de vida. El equilibrio es lo único que hay que tener cuidado.
Oraremos para que el milagro continúe para Ralphie y otros niños como él. De una manera mágica, su historia también ha desatado un milagro para nosotros: ¡la creencia de que los milagros pueden suceder y suceden!