Padres instan a reconocer signos tempranos de autismo

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{title} Si tiene alguna inquietud sobre la atención social temprana y la comunicación de su hijo, es fundamental que lo plantee con su proveedor de atención médica primaria.

Cuando un recién nacido se une a una familia, nos cautiva la perfección de este maravilloso ser nuevo. Cualquier indicio de diferencia es fácilmente pasado por alto durante los primeros años.

Pero ahora entendemos que la aparición de los síntomas de trastornos del espectro autista varía durante los dos primeros años de vida. Los signos son evidentes en algunos niños desde el nacimiento, mientras que otros pueden parecer estar desarrollándose normalmente pero luego no progresan.

  • Nuestro viaje del autismo parte 1: ¿Qué es el autismo?
  • Punteros tempranos al autismo identificados
  • Otros niños pueden perder algunas de sus habilidades ya desarrolladas. Las palabras que el niño puede haber usado previamente (y correctamente) para nombrar o solicitar objetos, por ejemplo, ya no pueden ser pronunciadas. Esta aparente ralentización o regresión en el desarrollo generalmente se manifiesta entre los 15 y los 24 meses de edad, pero puede comenzar incluso más tarde.

    ¿Qué es el autismo?

    Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto complejo de afecciones que afectan a más del 1% de los niños. Se caracterizan por dificultades en las áreas centrales de la comunicación social y el lenguaje, acompañadas de conductas e intereses restringidos y repetitivos.

    Aunque en gran parte está determinado genéticamente, todavía no comprendemos todas las causas de los TEA.

    Actualmente no hay curas disponibles, por lo que la evidencia apunta a la identificación temprana y la intervención conductual como la mejor manera de minimizar los efectos de estas condiciones en el niño en desarrollo.

    Si se puede acceder a la intervención conductual tan pronto como haya signos de advertencia tempranos, antes del inicio del síndrome "en toda regla", es posible dirigirse a los precursores del desarrollo de los TEA. Esto mejora las posibilidades de que el niño avance hacia una trayectoria de desarrollo más típica.

    Un bebé que no responde cuando se llama su nombre, o que no muestra signos de imitar los comportamientos de otros como aplaudir y saludar, y en cambio parece estar en su propia agenda, es un candidato para la intervención temprana. Este niño necesita volver al ciclo social para que pueda comenzar a aprender de los demás.

    De hecho, existe una creciente evidencia de que las intervenciones iniciadas en los primeros años de vida, mientras que la plasticidad cerebral es máxima, pueden maximizar los resultados de desarrollo de los niños. Un estudio de 2011 de los Estados Unidos, por ejemplo, encontró que la intervención conductual temprana e intensiva puede "normalizar" el cerebro, aunque este estudio debe repetirse para confirmar los resultados.

    Barreras al diagnóstico precoz

    A pesar de la mayor probabilidad de resultados de desarrollo positivos de la intervención temprana, muchos profesionales desconfían de plantear inquietudes a los padres de niños muy pequeños y afirman que "no están listos" para escuchar que algo anda mal con el desarrollo de su hijo.

    Y, por su parte, los padres a menudo se preocupan por "etiquetar" a sus hijos desde una edad temprana. Juntas, estas dudas son barreras para obtener mejores resultados tanto para el niño como para la familia.

    Las enfermeras de salud maternoinfantil y los médicos de cabecera deben adquirir habilidades para tener conversaciones oportunas con los padres sobre los riesgos de desarrollo que enfrenta su hijo, por muy joven que sea el niño y por leves que sean sus síntomas de presentación.

    También debemos educar a los padres sobre qué esperar de su niño en desarrollo durante sus primeros meses y años, por lo que se les advierte acerca del desarrollo comunicativo social temprano típico.

    Los primeros signos

    Nuestro recién nacido perfecto puede dormir bien, alimentarse bien y cumplir todos sus hitos motores, pero aún puede mostrar signos de desarrollo comunicativo social atípico durante sus primeros dos años de vida.

    Pregúntese: ¿Tiene contacto visual reducido o atípico? ¿Combina su contacto visual con otras conductas comunicativas, como sonrisas y arrullos? ¿Y te sonríe mientras te mira? Normalmente, los bebés en desarrollo deben hacerlo alrededor de ocho semanas.

    A los 12 meses, su bebé debería compartir su mundo con usted iniciando el señalamiento, en particular para mostrarle algo, en lugar de simplemente solicitar algo. Ella debería seguir tu punto cuando estés tratando de mostrarle algo.

    Su hijo debería mostrarle atención cuando llama su nombre, y no debería tener que hacerlo tantas veces para obtener una respuesta.

    Los comportamientos imitativos como despedirse y aplaudir surgen hacia el final del primer año de vida, y hay un interés creciente en jugar con juguetes y en juegos de simulación hacia el segundo año.

    Las primeras palabras comienzan a emerger por al menos 18 meses, y los niños deben unirse a ellos por dos años.

    Un interés creciente en otros niños es una parte normal de la niñez; una incapacidad para comprometerse y una comunicación con otros, o incluso una capacidad reducida para hacerlo, puede indicar el riesgo de una anomalía de desarrollo, incluido el TEA.

    Si tiene alguna inquietud sobre la atención social temprana y la comunicación de su hijo, es fundamental que lo plantee con su proveedor de atención médica primaria. Si él o ella desestima sus inquietudes, busque una segunda opinión, porque cuando se trata de desarrollo, el tiempo importa.

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