5 razones por las que el intercambio forzoso es perjudicial para los niños

Contenido:

En este articulo

  • ¿Por qué el intercambio forzado puede hacer más daño que bien?
  • La forma correcta de enseñar a los niños a compartir

¿Alguna vez has visto a niños tirando del mismo juguete a pesar de que ambos tienen una docena de otras opciones? Por lo general, termina con un niño aullando, mientras que el otro, después de haber recibido el juguete de un guardián interviniente, se cierne sobre él. Si bien esto parece ser algo común, ¿se ha detenido a pensar qué está haciendo ese intercambio forzoso para su hijo?

Como padres, enseñamos a nuestros hijos la importancia de compartir desde la primera infancia. En el proceso de hacerlo bien, a veces obligamos a nuestros hijos a compartir con otros niños. Sin embargo, esta no es la forma correcta de enseñar a los niños a compartir. De hecho, estudios recientes muestran que este podría ser uno de los mayores errores de crianza que estamos cometiendo inconscientemente.

¿Por qué el intercambio forzado puede hacer más daño que bien?

1. Los niños comienzan a lanzar rabietas de mal genio frecuentes

Su hijo ha observado y comprendido que si grita y lamenta y derriba todo el lugar, está en una mejor posición para obtener su objeto de deseo, incluso si alguien más lo tiene. Así que eso es lo que comienza a hacer: ¡molestar a sus padres cuando se le pide que comparta su juguete!

2. Los padres empiezan a parecer dictadores caprichosos.

Un niño pequeño es posesivo con sus cosas: sus padres, sus juguetes y todo su mundo. Cuando ve a sus padres reprendiéndolo por no compartir con un amigo o hermano, se siente herido y no tiene control. Para empeorar las cosas, incluso podría pensar que sus padres toman partido. Él simplemente cumple por temor al castigo; en realidad no aprende a compartir.

3. Inconscientemente alientas la rivalidad entre hermanos

Un niño que no está dispuesto puede incluso odiar a sus hermanos por haber sido obligado a compartir sus juguetes según lo indicado por los padres / ancianos. Estos sentimientos negativos pueden permanecer incrustados en la mente impresionable de un niño y crear problemas de relación poco saludables más adelante.

4. Los niños se vuelven codiciosos por las cosas materiales.

Un niño que está siendo recogido constantemente por no compartir recibe el mensaje equivocado de que es codicioso. Se opone a las cunas y hace todo lo posible para aferrarse a su videojuego favorito antes de entregárselo a su hermano a regañadientes. Es natural que los niños sean posesivos, pero ser reprendidos por no compartir les da una percepción negativa de sí mismos.

5. También hay una pérdida en los niveles de concentración.

Un niño aprende mucho mientras juega. Algunos niños pueden jugar durante unos minutos mientras que otros juegan durante unas horas. Quitar un juguete en medio de una actividad no solo le quita la atención sino que también destruye su poder de imaginación.

La forma correcta de enseñar a los niños a compartir

  • Anime a su hijo a jugar juegos que requieran múltiples jugadores. Bloques, hojas de dibujo grandes y juegos de muñecas son ideales para este propósito.
  • Sea un ejemplo para su hijo. Comparte las tareas con tu esposo. Comparta la gran bolsa de golosinas que recibió del mercado con los otros niños del edificio. Verlo compartir es una razón importante para que su hijo comience a hacer lo mismo.
  • Puede establecer algunas pautas y líneas de tiempo para compartir. Por ejemplo, dígales a sus hijos que compartan sus juguetes y libros con los otros niños en su fecha de juego. Es de buenos modales hacerlo. Dígale también que el compartir multiplica la alegría, ya que otros niños pueden unirse a la diversión que él está teniendo.

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