Traté de ser amable con mi familia y esto es lo que sucedió
Desde la primera vez que probĂ© la crianza suave de mis hijos, he estado haciendo todo lo posible por acercarme a ese tipo de crianza todo el tiempo. Si bien no siempre tengo Ă©xito, el esfuerzo adicional de empatizar con mis hijos para ayudarlos a superar sus problemas ha merecido la pena. Eliminar la mentalidad de que un determinado comportamiento es "malo" y responder con castigo nos ha liberado de tantas luchas innecesarias en nuestra familia. Hizo tantas maravillas para mis hijos que me preguntĂ© si podrĂa intentar ser un padre amable conmigo mismo.
SentĂ que este enfoque de asociarme con mis hijos y guiarlos a travĂ©s de sus emociones me habĂa ayudado a sentirme más conectado con ellos. Tal vez podrĂa tomar esas mismas tĂ©cnicas y llegar a una comprensiĂłn más profunda de mĂ mismo, mis propios factores desencadenantes y los problemas de comportamiento. A pesar de que la crianza cuidadosa elimina la disciplina (lo que, sin duda, no es realmente un problema para mĂ porque soy un adulto adulto que no se queda sin tiempo de espera), tambiĂ©n se enfoca mucho en eliminar las reprimendas y las conversaciones negativas, lo cual Tengo un montĂłn de cuando me siento menos que mi mejor.
El experimento
DecidĂ aplicar las tĂ©cnicas de crianza suave en mĂ mismo durante una semana para ver si resultarĂa en algunos de los mismos momentos reveladores que habĂa experimentado con mis hijos. IntentarĂa evitar el diálogo interno negativo, dar un enfoque “juguetĂłn” a las cosas que tenĂa que hacer, atravesar mis propias emociones y confiar en mis necesidades instintivas. Mi esperanza era que una semana de "crianza suave" me diera una mejor comprensiĂłn de mis propios patrones de comportamiento y mejores formas de lidiar con ellos, tal como lo habĂa hecho con mis propios hijos.
DĂa 1:
El primer dĂa de mi experimento llegĂł cuando mi esposo estaba fuera de la ciudad, y estuve solo con mis hijos durante una semana. En general, no lo hago muy bien cuando estoy criando solo. Por lo general, tengo un asesino en el primer dĂa en el que hago momming solo, luego todo se convierte rápidamente en una locura el tercer dĂa (si tengo suerte de llegar al tercer dĂa).
Pronto me di cuenta de que atravesar la mañana era una verdadera lucha para mĂ, especialmente cuando se trataba de preparar a los niños para la escuela. Me levantĂ© y revisĂ© el correo electrĂłnico, no querĂa moverme de la calidez de mi computadora portátil en el sofá porque tenĂa frĂo. ComencĂ© a desayunar demasiado tarde. TenĂa que apresurarme para vestir a todos. Mis ojos estaban rojos y picaban y me dolĂan por la falta de sueño. Se sentĂa como una tarea casi imposible salir a la nieve y arrancar el auto, luego sacar a todos por la puerta a la escuela. Ya que la crianza suave no es grande en las recompensas y en las estrellas doradas, ni siquiera pude elogiarme por hacer la difĂcil tarea de llevar a los niños a la escuela en condiciones de casi blanco. No me sentĂa muy comprensivo o iluminado.
En lugar de intentar hacerlo todo, tomé la suave ruta de crianza y me di a mi mismo las opciones.
Estaba agotada cuando regresĂ© a la casa con el bebĂ©, y solo eran las 9:30 de la mañana. TambiĂ©n me sentĂ frustrada porque realmente no habĂa hecho nada. No habia desayunado HabĂa dejado la casa un desastre. HabĂa ropa por todos lados. Ni mi cabello ni mis dientes habĂan visto ningĂşn tipo de cepillo esta mañana. Me di cuenta de que mi problema de la mañana no era simplemente que "no era una persona de la mañana" (aunque sigo diciendo que NO soy una persona de la mañana) sino tambiĂ©n que no estaba atendiendo ninguna de mis necesidades más básicas. ÂżQuĂ© tan mal se sienten y actĂşan mis hijos cuando se vuelven locos? Son monstruos. Entonces, ÂżcĂłmo se suponĂa que pasarĂa solo estos dĂas si no estaba comiendo o manteniendo mi higiene personal? DecidĂ que alimentarme a mĂ mismo tenĂa que ser mi prioridad nĂşmero uno si iba a controlarme esta semana.
Dia 2
En el segundo dĂa de mi experimento, todavĂa me sentĂa muy cansado, pero sabĂa que mi rutina probablemente necesitaba algunas mejoras importantes. DecidĂ dejar de revisar el correo electrĂłnico despuĂ©s de las 7 am y hacer algunas tareas simples (incluida la comida) para comenzar bien el dĂa. Normalmente, cuando trato de cambiar mis hábitos de la mañana, me quemo con bastante facilidad porque hago una lista que es demasiado rigurosa para seguirla. En lugar de intentar hacerlo todo, tomĂ© la suave ruta de crianza y me di a mi mismo las opciones. Si fueran mis hijos, les darĂa la opciĂłn de hacer su cama antes o despuĂ©s de vestirse. Para mĂ, decidĂ darme la opciĂłn de preparar un buen desayuno y de lavar los platos o clasificar y comenzar una carga de ropa antes de la escuela. DecidĂ ir haciendo unos panqueques, y mientras estaban cocinando, hice mi cama y me vestĂ con ropa de verdad.
Al hacerlo, me di cuenta de que, aunque no necesito mucho para ponerme en marcha, soy un excelente ejemplo de un objeto en reposo al que le gusta estar en reposo. Cuando me levanto lentamente y me muevo al sofá para revisar el correo electrĂłnico, me cuesta mucho ganar vapor para mi dĂa. Hacer algunas tareas pequeñas en la mañana me ayudĂł a sentirme productivo y me dio la opciĂłn de las tareas que debĂa abordar primero, me dio una sensaciĂłn de control que normalmente no tengo en mi dĂa. Por lo general soy tan "todo o nada" en mi enfoque de mis hábitos, y tal vez esa no fue la mejor manera de aumentar mi productividad.
DĂa 3
En el tercer dĂa, todavĂa luchaba por mantenerme al tanto de todas las cosas que tenĂa que hacer mientras estaba solo. A pesar de que me aseguraba de que se cumplieran mis necesidades básicas, ducharme mientras el bebĂ© dormĂa la siesta y comer a pesar de las constantes peticiones de todos, me estaba costando mucho sacarme un funk. SeguĂ mirando mi telĂ©fono y revisando Instagram y Facebook porque estaba aburrida ... pero Âżera eso realmente? SĂ© que mi comportamiento compulsivo con mi telĂ©fono es problemático y siempre me hizo sentir mal, pero todavĂa no podĂa entender por quĂ© lo estaba haciendo. AsĂ que me tomĂ© un tiempo para ver mis emociones cuando fui a recoger mi telĂ©fono para revisar el correo electrĂłnico las 10 veces en un dĂa.
En realidad no era que me aburriera. Literalmente no hay tiempo para aburrirse con tres niños. Siempre tuve una larga lista de cosas que podĂa y debĂa hacer. Me di cuenta de que lo estaba haciendo cuando me sentĂa cansado o abrumado. No querĂa lidiar con lo siguiente que deberĂa estar haciendo, asĂ que me distraerĂa. No querĂa hundirme en mi agotamiento, porque temĂa que nunca me recuperarĂa. Sin embargo, curiosear por mi telĂ©fono no me estaba ayudando a aliviar el estrĂ©s ni a reducir el agotamiento. Lo estaba empeorando. Me di cuenta de que cuando tuve la necesidad de levantar mi telĂ©fono, lo que realmente necesitaba era un descanso. ComencĂ© a sentarme afuera cada vez que la compulsiĂłn de agarrar mi telĂ©fono golpeaba. Simplemente me sentaba, sacaba a los niños afuera y no me preocupaba por la prĂłxima cosa. Me dejo cansar. Y honestamente, me sentĂ mejor una vez que me dejĂ© sentir cansado y relajado, en lugar de tratar de enmascararlo mirando mi telĂ©fono.
Necesito tener en cuenta que estos errores menores en la crianza de los hijos no son indicativos de un defecto de carácter fatal. Estoy haciendo lo mejor que puedo, y debo estar bien con eso, incluso cuando no lo estoy haciendo tan bien como me gustarĂa.
DĂa 4
En el cuarto dĂa de mi experimento, realmente me apoyĂ© en el tema de “dejarme sentir cansado” que tenĂa el dĂa anterior. Sin embargo, en lugar de hacerlo afuera, me dejo dormir con el bebĂ© durante la hora de la siesta de mi hija. Cuando me despertĂ©, me di cuenta de que habĂamos perdido por completo ir al museo de descubrimiento con amigos como habĂamos planeado. Estaba aturdida y molesta porque habĂamos perdido nuestra cita de juego programada y parecĂa que no podĂamos arreglarnos. Mi hija estaba llorando porque no podĂa irse, y automáticamente fui a reprenderme por no seguir la cuenta del tiempo.
Sin embargo, di un paso atrás e intentĂ© relajarme un poco en lugar de atacarme por un error. Honestamente, si estaba tan cansada que no podĂa evitar dormirme, claramente necesitaba el resto. HabrĂa otras oportunidades para jugar con amigos. Hay cosas mucho peores que podrĂa hacer como madre. A veces tengo que mantener en perspectiva que estos errores menores de crianza de los hijos no son indicativos de un defecto de carácter fatal. Estoy haciendo lo mejor que puedo, y debo estar bien con eso, incluso cuando no lo estoy haciendo tan bien como me gustarĂa.
Dia 5
En el quinto dĂa de mi experimento, decidĂ probar "lĂşdico" a la hora de revisar mi lista de tareas del dĂa. La crianza suave a menudo incluye hacer un juego de cosas que tus hijos podrĂan protestar (como ponerse un pijama, que ahora utilizo un cronĂłmetro como concurso). DecidĂ hacer un juego similar de hacer la limpieza de la casa. ProgramĂ© temporizadores de 15 minutos de vez en cuando a lo largo del dĂa e intentĂ© hacer todo lo que pude en esos 15 minutos. Incluso involucrĂ© a mis hijos, dejándolos ayudar en diferentes trabajos y aumentando mi nivel de emociĂłn para que no se sintieran inclinados a preguntarse por quĂ© desempolvaban los muebles.
DecidĂ nivelarme con mis hijos despuĂ©s de disculparme con ellos. Les dije que cuando su padre se habĂa ido, a veces era difĂcil cuidarlos a todos. Me sentĂ tan vulnerable y me preguntĂ© si estaba haciendo lo correcto al ser tan abierta con ellos.
No solo hizo que la limpieza fuera un poco más divertida (es decir, sigue limpiando inodoros, pero ya sabes
), me hizo darme cuenta de que no necesito tanto tiempo para hacer todo. Siempre siento que no puedo encontrar el equilibrio entre las tareas domésticas y el tiempo de juego (más las solicitudes constantes de tres niños menores de 5 años), pero me di cuenta de que es a menudo porque pospongo las tareas domésticas y hago que parezca un trabajo más grande de lo que realmente es. es. Si simplemente lo hago rápido, me quedo con menos estrés y más tiempo para intentar disfrutar de la maternidad.
Dia 6
En el sexto dĂa, estaba de un humor terrible despuĂ©s de que el bebĂ© se quedara despierto gritando la mayor parte de la noche. Era mi Ăşltimo dĂa solo con los niños y el vuelo de mi esposo llegaba tarde esa noche. A pesar del hecho de que pasĂ© la mayor parte de la semana realmente involucrado en mi experimento, ver la luz al final del tĂşnel me hizo perderla. Estaba listo para terminar la crianza en solitario. Estaba listo para tener alguna ayuda. Los niños lloriqueaban y el bebĂ© tenĂa un horario de siesta totalmente desordenado. Luego, por supuesto, los dos mayores comenzaron a pelear y despertaron al bebĂ© hasta 15 minutos despuĂ©s de su siesta, y yo soltĂ© un chasquido. Les gritĂ© y los puse en sus habitaciones, e incluso me sentĂ frustrado cuando sostuve al bebĂ© porque no paraba de llorar.
Cuando finalmente tuve el control de mis emociones, me sentĂ terrible. DecidĂ nivelarme con mis hijos despuĂ©s de disculparme con ellos. Les dije que cuando su padre se habĂa ido, a veces era difĂcil cuidarlos a todos. Me sentĂ tan vulnerable y me preguntĂ© si estaba haciendo lo correcto al ser tan abierta con ellos. No hizo que mi arrebato estuviera bien, pero fueron capaces de empatizar con las grandes emociones que pueden surgir cuando extrañas a papá. Tener esa comprensiĂłn entre nosotros, por más difĂcil que fuera admitir la raĂz de mi comportamiento, nos facilitĂł pasar el resto de nuestro Ăşltimo dĂa juntos.
Puedes hacer un pacto para no decir las palabras en voz alta, pero es mucho más difĂcil detener el diálogo interno que dice que no eres suficiente.
Dia 7
Como mi esposo estaba en casa el Ăşltimo dĂa de mi experimento, pensĂ© que serĂa mucho más fácil. Estaba equivocado. Mi hija estaba enferma, por lo que tuve que llevarla al mĂ©dico, lo que resultĂł en tener que dejar y recoger antibiĂłticos. DejĂ© la receta, pero cuando lleguĂ© a casa, el tiempo se me escapĂł. Me di cuenta demasiado tarde de que la farmacia cerrarĂa en 15 minutos, y vivĂamos a 10 minutos. Le espetĂ© a mi esposo, queriendo culparlo por mi falta de administraciĂłn del tiempo. Estaba enojada, y mientras conducĂa intentĂ© dejarme sentir la ira y atravesar mis emociones de forma natural en lugar de reprimirla. LleguĂ© justo a tiempo para verlos cerrar las puertas y querĂa gritar. Estaba hirviendo con rabia todo el camino de regreso a casa, y no podĂa dejar de reprenderme en mi mente. Puedes hacer un pacto para no decir las palabras en voz alta, pero es mucho más difĂcil detener el diálogo interno que dice que no eres suficiente.
TodavĂa estaba enojada cuando lleguĂ© a casa, pero me las arreglĂ© para disuadirme del impulso inmediato de gritarle a todos por todo. Le dije a mi esposo que necesitaba un abrazo y trabajar para sentirme enojado conmigo mismo. Fue un momento vulnerable admitir tan abiertamente cĂłmo me sentĂa, incluso con mi esposo. Pero reconocer mis necesidades hizo que mis emociones se nivelen mucho más rápido de lo que lo harĂan si intentara reprimirlo.
¿Un enfoque más suave funcionó para m�
Tratar de usar las técnicas de crianza suave en mà mismo fue un experimento interesante, pero fue más un punto de partida que una solución para mis propios problemas de comportamiento. Me ayudó a ver mis propios patrones con mayor claridad, pero no fue tan fácil como pensé para restablecer esos hábitos profundos de autodisciplina negativa y rutinas improductivas. Sin embargo, me dio más espacio para sentir en lugar de pegarme una bandaid en una herida emocional abierta.
El uso suave de la crianza en mĂ mismo me iluminĂł la frecuencia con la que trato de contener mis emociones. TenĂa sentido los arrebatos emocionales de gritarles a mis hijos, que no eran simplemente que yo llegaba al final de mi paciencia, sino el resultado de no sentir ninguna de las emociones incĂłmodas que conducĂan hasta ese momento. Necesito poder sentirme enojado cuando estoy enojado, o sentirse abrumado sin sumergirme en Facebook para escapar de la incomodidad. Y despuĂ©s de una semana de suave crianza, estoy aprendiendo que está bien sentir lo que siento y darme tiempo para hablar y sentirlo.