CĂłmo un extraño en el parque me salvĂł el dĂa y mi cordura
Algunos dĂas me siento como Supermum. Mis niñas gemelas de cinco meses se despiertan con una sonrisa deslumbrante, toman siestas de 90 minutos y caen sin protestar porque juzguĂ© que sus signos de cansancio eran los correctos. Y lo hacemos a nuestro grupo de cafĂ© prenatal sin ningĂşn tipo de dramas.
Este no fue uno de esos dĂas.
Su rutina de siesta habitual ya no funcionaba y nos vimos atrapados en un ciclo maligno. Las chicas no dormĂan lo suficiente, lo que significaba que estaban malhumoradas aproximadamente una hora despuĂ©s de levantarse, lo que a su vez significaba que no podĂan permanecer levantadas el tiempo suficiente para cansarse lo suficiente como para dormir más tiempo. Y repetir ...
Con los tres, cansados ​​y agotados, pensĂ© que una caminata podrĂa ayudar. La mayorĂa de los bebĂ©s se asientan cuando están en el cochecito, Âżverdad? AsĂ que nos fuimos ...
Pero cuando estaba en mi punto más alejado de mi casa en mi caminata circular, N comenzĂł a desahogarse. Su llanto se intensificĂł rápidamente y en un par de minutos se habĂa gritado en un estado de pánico. Poco despuĂ©s, su hermana se uniĂł a ese llanto que suena como si estuvieran siendo torturados y no hubieran comido durante dĂas. NingĂşn cochecito de bota los calmarĂa.
Jugamos un juego corto pero muy ruidoso de sacar a N del cochecito, tranquilizarla, luego ponerla de nuevo y hacer que proteste de inmediato con la parte superior de sus pulmones de nuevo mientras trato de sacar a su hermana. ¡No es divertido!
Me di cuenta de que no llegarĂamos a casa sin un biberĂłn relajante (ya que no aceptan el pecho cuando estamos fuera de casa). Pero verás, es más fácil decirlo que hacerlo con dos pequeños ácaros muy molestos.
En el parque cercano, sentĂ© a mis chicas en el cochecito y me saquĂ© las botellas de leche del sostĂ©n. SĂ, mi sostĂ©n. IntentĂ© calentar la leche metiĂ©ndola allĂ mientras caminaba en cĂrculos con una expresiĂłn de pánico en la cara.
Pero nah "ÂżEstás bromeando, mamá? Eso sigue siendo demasiado frĂo", mis hijas parecĂan llorar.
SaquĂ© a la más estresada e intentĂ© alimentarla mientras la agitaba sobre mis rodillas y le ofrecĂa la botella a la otra en el cochecito, pero simplemente no funcionĂł. Se estaban haciendo cada vez más fuertes (si eso era posible) y estaba a punto de llorar.
Era un jueves por la tarde y el parque no estaba tan ocupado. HabĂa una señora mayor paseando a su perro que me lanzĂł una mirada, aparentemente diciendo: "Dios mĂo, no tienes a tus hijos bajo control, Âżverdad?" y siguiĂł caminando con su perro.
En ese momento yo estaba cerca de entrar en pánico. Simplemente no podĂa ver cĂłmo podĂa calmar a los dos bebĂ©s lo suficiente como para llevarlos a casa. Necesitaba ayuda
Entonces apareciĂł mi salvador: una madre que estaba en el patio de recreo con su hija de seis años le preguntĂł si podĂa ayudarla. QuerĂa gritar "¡Alabado sea el Señor" y "Te amo!" pero solo asintiĂł, me mirĂł con los ojos abiertos y empujĂł a un bebĂ© en su brazo.
Con su ayuda, logramos calmar a los dos bebés, alimentarlos y volver a meterlos en el cochecito. Finalmente, estaba en mi camino a casa con dos hijas contentas.
Sin ella, habrĂa sido una experiencia terrible para mis chicas y para mĂ. Apenas podĂa poner en palabras lo agradecida que estaba.
Siendo madre, y más aĂşn si tienes gemelos, a veces te encontrarás en situaciones en las que luchas. Es posible que su bebĂ© estĂ© llorando como un banshee en la caja del supermercado, o que sus hijos de cinco meses lo pierdan porque no durmieron. Puede ser muy difĂcil no tener a nadie con quien hablar todo el dĂa.
Como madre por primera vez, aprendes sobre la marcha, ya veces funciona y otras no. Se siente cansado, agotado e inseguro, y en ocasiones cerca del punto de ruptura.
Hacer que un extraño lo ayude, le dé una sonrisa u ofrezca cargar sus compras en la cinta transportadora del supermercado mientras está meciendo su cochecito y tratando de encontrar ese maldito muñeco que puede hacer la diferencia. En lugar de desesperarte, tienes una sensación cálida y confusa de que el mundo es un buen lugar.
Y aunque sĂ© que ciertamente no soy Supermum la mayorĂa de los dĂas, con un poco de ayuda de una mamá (o papá, hermano, hermana, hijo, hija, abuela, abuelo, forastero en el parque ...) sobrevivirĂ© otro dĂa. .