Por qué tuve que regalar la ropa de bebé de mis hijos
Antes de quedar embarazada, es fácil pensar que puede poner fin a su futuro reproductivo. Estoy listo para ser mamá, piensas. Voy a salir del control de la natalidad y luego me quedarĂ© embarazada! Usted planifica quĂ© tipo de nacimiento desea tener, a quĂ© tipo de estilo de crianza de los hijos se suscribirá y si tendrá o no más hijos (y, si es asĂ, cuándo los tendrá), todos con un sentido general de confianza en el control de esas cosas. Pero aquĂ está la cosa: no estás realmente en control de nada.
Desde el exterior, a menudo parece que todas las personas que te rodean están teniendo embarazos felices y fáciles, y bebĂ©s perfectos y sanos. Pero una vez que está en el interior y no está teniendo un embarazo fácil y feliz o un bebĂ© perfecto y sano, se da cuenta muy rápido de que, en realidad, no es una anomalĂa. Las experiencias traumáticas de nacimiento son como la sĂłrdida boca del embarazo y el parto: generalmente no hablamos mucho sobre ellas porque es deprimente y aterradora, y es mucho mejor decirte que todo lo que tienes que hacer es tomar tus vitaminas prenatales y pensar de manera saludable. Pensar y beber licuados de col rizada y todo estará bien. Pero la realidad es que la maternidad es una tirada de dados mucho más grande de lo que a cualquiera le gustarĂa admitir.
Como muchas, muchas familias antes que nosotros, salimos del lado equivocado de la tirada de dados. Tuvimos un mal embarazo, un parto extremadamente prematuro, una larga estadĂa en la UCIN, dos cirugĂas cerebrales en nuestra hija y muchas, muchas noches sin dormir. Tuvimos una suerte increĂble de que nuestros dos bebĂ©s pequeños y enfermos, de alguna manera, volvieran a casa y se convirtieran en niños hermosos, sanos y maravillosos, y cuando dejaron atrás la infancia, mi esposo y yo nos preguntábamos quĂ© deberĂamos hacer con todas esas cosas de bebĂ©s que tenĂamos. Acumulado a lo largo del camino.
"ÂżDeberĂamos guardarlo?" PreguntarĂa, ninguno de los dos querĂa reconocer lo que realmente preguntaba: ÂżTendremos que mantener esto para otro bebĂ© en el futuro?
Lo empaqué todo y me deshice de la ropa, y cuando volvà a casa lloré.
Supongo que es una pregunta un tanto intimidante para todas las parejas para discutir, pero para nosotros, fue francamente aterrador. Porque no era solo una cuestiĂłn de querer o no querer más hijos. Era una cuestiĂłn de si querĂamos o no tirar los dados otra vez, sabiendo lo que podrĂa pasar si las cosas no nos iban bien.
Terminamos guardando algunas cosas mientras regalamos otras. GuardĂ© toda la ropa para bebĂ©s prematuros por razones sentimentales, y entreguĂ© algunas piezas aquĂ y allá a mis amigos cuando las gemelas crecieron, pero en su mayorĂa guardĂ© su ropa ... por si acaso. Fuimos de un lado a otro y de un lado a otro, y luchamos, lloramos y conversamos durante toda la noche sobre nuestras esperanzas y sueños para nuestra familia. Y luego, al final, decidimos que no Ă©ramos jugadores. HabĂamos tenido tanta suerte con nuestros gemelos, nuestra hermosa familia que nunca sabĂamos que podrĂamos mantener, que intentarlo de nuevo parecĂa demasiado arriesgado. Demasiado innecesario. Estábamos hechos TenĂamos que hacerlo.
DespuĂ©s de tomar nuestra decisiĂłn, las cajas llenas de ropa de bebĂ© de Madeleine y Reid de repente parecĂan estar sentadas allĂ, ocupando espacio, mirándome. AsĂ que empaquĂ© todo y dejĂ© la ropa, y cuando volvĂ a casa llorĂ©.
La verdad era que no estaba lista para regalar la ropa. No estaba realmente lista para decir que nunca más estarĂa embarazada, que nunca más tendrĂa hijos. Pero aunque siempre pensĂ© que serĂa mi elecciĂłn, que decidirĂa cuándo habĂa terminado, la realidad era que en realidad nunca dependĂa de mĂ.
Ahora que ha pasado un tiempo desde que borrĂ© todas nuestras cosas de bebĂ© "por si acaso", puedo ver por quĂ© fue realmente muy importante para mĂ hacerlo. Lo hizo real, lo ayudĂł a penetrar. Y al dejarlo todo, se hizo espacio para nuestra nueva realidad, en la que podĂa admitir que, ojalá, no quiero estar despierto toda la noche con un reciĂ©n nacido otra vez, y oye., los cuatro somos una familia bastante impresionante, incluso si es más pequeña que la que imaginĂ©. Durante mucho tiempo, estuve seguro de que nunca podrĂa dejar mi sueño de volver a quedar embarazada y tener más hijos. Pero ahora, estoy empezando a sentirme bien con eso.