10 maneras de reaccionar ante los gemidos de tu hijo
Quejarse es una etapa difÃcil de manejar. Todos los niños pequeños lo hacen, y nos vuelve locos a la mayorÃa de nosotros. Es fácil pasar a la frustración, el sarcasmo, el castigo o la ira, pero ninguno de estos realmente ayuda a nadie. Por lo tanto, tenemos algunas ideas más constructivas para ayudarlo a usted y a su hijo a pasar el próximo festival de llorones intacto.
1. Toma una respiración profunda
Es difÃcil escuchar los lloriqueos, especialmente cuando parece que su hijo ha perdido su voz normal. Trate de recordar que se queja porque necesita ayuda y todavÃa no sabe cómo pedirla. Respira hondo y date unos segundos antes de hacer algo, de esa manera no reaccionarás de una manera que hará que todos se sientan molestos.
2. Ignóralo
Si descubriste que tu hijo no siente dolor ni necesidad y solo se queja porque quiere galletas 10 minutos antes de que estés a punto de servir la cena, ignóralo. No respondas a los lamentos en absoluto. Si hace una pregunta o dice algo con voz quejumbrosa, ¡dale una reacción grande y positiva para reforzar que amas involucrarla cuando no está quejándose, pero hasta que se detenga, ignora, ignora, ignora!
3. Di: "No te entiendo cuando suenas asÃ"
Si tranquilamente le hace saber a su hijo que no puede entenderlo cuando está lloriqueando, puede ayudarlo a aprender a hablar de manera clara para obtener lo que necesita. Intenta explicarle a tu pequeño que es difÃcil entender su voz quejumbrosa, pero estarás feliz de ayudarlo cuando esté tranquilo. Tomará algo de tiempo y refuerzo, pero redirigirlo para que hable claramente los ayudará a los dos a largo plazo.
4. Haga preguntas para comprender la situación
Tomarse el tiempo para hacer preguntas puede ayudarlo a llegar al origen de la queja. A veces los niños se quejan porque sienten que no se les está entendiendo o no se les está dando la atención que necesitan. Al concentrarse en su hijo y hacer preguntas de sondeo, pueden resolver el problema juntos, lo cual es una excelente manera de fortalecer las habilidades de comunicación y deshacerse de los quejidos.
5. Distraer y redirigir
¿Ha estado quejándose durante 10 minutos porque quiere ir al parque, a pesar de que está lloviendo y ya has dicho "No" 100 veces? En lugar de responder de nuevo, intenta sacar un juego de mesa y configurarlo sin preguntarle si quiere jugar. Cuando se interese en el juego, felicÃtala con entusiasmo por ser flexible. El cambio de tema hará que se distraiga del parque y los elogios reforzarán la buena toma de decisiones.
6. Cuenta una broma
El humor es a menudo una manera fácil de calmar una situación. Si su hijo comienza a quejarse, saque una vieja broma de Knock-Knock o pregúntele si sabe por qué el pollo cruzó la calle. Sin embargo, no importa cuánto desee, evite hacer bromas sarcásticas a expensas de su hijo. Apunta a algo ridÃculo o tonto para que tu pequeño vuelva a sonreÃr.
7. Ofrecer un aperitivo
Tener hambre puede conducir a sentimientos de mal humor, y los sentimientos de mal humor pueden conducir a quejarse. Cuando empiece a quejarse, no le pregunte si tiene hambre; solo dale un pequeño bocadillo. Una caja de pasas, algunas zanahorias y hummus, o queso y galletas saladas pueden hacer que desaparezcan los gemidos.
8. Insistir en una siesta
Lamentablemente, no queremos decir para ti, aunque serÃa bueno. A veces, su niña no reconocerá el hecho de que está cansada y necesita dormir un poco más. Cuando el quejido comienza a salirse de control, es hora de que se reinicie. Una buena siesta deberÃa solucionar un problema de comportamiento y darles a todos un nuevo comienzo.
9. Modelo de buen comportamiento
Recuerde que sus hijos ven todo lo que usted hace como un ejemplo de cómo deben hacerse las cosas. ¿Te quejas? Todos lo hacemos de vez en cuando, asà que sé consciente de esos momentos en que te quejas un poco. Detente y di: "Eso no sonó muy bien, déjame intentarlo de nuevo". Es útil que su pequeño vea y escuche que lloriquear es un problema fácil de solucionar.
10. Walk Away
Si todo lo demás falla, aléjese. Está bien decirle a su hijo que volverá cuando esté listo para hablar amablemente. Una vez que sepa que su pequeño está a salvo, cierre con llave la puerta del baño u oculte debajo de las mantas durante un par de minutos, lo que sea que necesite para recuperar la cordura mientras se recupera. Si parece que todos se han calmado, intente preguntarle por qué estaba tan molesta y qué mejor estrategia hubiera sido. No solucionará las quejas ahora, pero puede ayudar en futuros episodios.