Enseñando a su hijo la verdadera deportividad

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Una actitud deportiva es necesaria para promover mentes saludables, cuerpos saludables, amistades y habilidades para la vida que aseguren una buena vida para los niños. Ser un verdadero deportista les dará la actitud correcta para enfrentar los problemas más adelante en la vida.

Los deportes forman una parte importante de los preadolescentes, ya que los ayuda a mantenerse activos. Si bien los padres siempre deben alentar a sus hijos a participar en una estructura organizada de juego y apoyar el comportamiento competitivo, es vital inculcar una actitud de deportividad. Es importante enseñarles que jugar es por diversión y no por ganar. A los niños se les debe enseñar que ganar o perder no es el objetivo principal, pero participar y jugar en un equipo es más importante para ellos. Además, habrá días en que ganarán y cuándo perderán. No deben desanimarse, y deben tomarlo como parte de la actividad. Los niños que no exhiben una conducta similar a la de un deportista tienen más probabilidades de lidiar mal con otros problemas en la vida. Terminan culpando a alguien o al otro y en muchos casos a su propio yo, lo que lleva a una baja autoestima. Por el contrario, un buen deportista crecerá para convertirse en un buen líder, un jugador de equipo y una persona segura.

Ayudando a los niños a aprender el buen espíritu deportivo

  • A los niños se les debe enseñar a tener expectativas justas de sí mismos. Cualquier mentira, trampa, fraude y medios injustos deben ser seguidos por cualquier niño para ganar o lograr el éxito. Felicitar a los ganadores es un signo de fortaleza real y un niño debe aprender esta habilidad. Además, ser un buen perdedor es una de las cosas más difíciles de aprender. El deporte es una buena manera de enseñar a los niños a aceptar la derrota. Los padres y entrenadores deben ayudar a enseñar esta habilidad.

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  • A un niño se le debe enseñar a tener una actitud positiva hacia otros niños. Se le debe enseñar a nunca criticar a otros jugadores y burlarse de ellos mientras juegan.
  • Enseñe a su hijo que no tiene que ser el jugador estrella o el ganador cada vez, está bien perder a veces y tener un contratiempo. Una persona aprende más de sus contratiempos que de sus logros, porque de esta manera se da cuenta de sus fortalezas y debilidades en el juego.
  • Siempre elogie los esfuerzos realizados por su hijo, independientemente de que gane o pierda. En ocasiones, cuando siente que no se ha desempeñado bien, enséñele a no perder la esperanza y a trabajar más arduamente la próxima vez.
  • Cuando su hijo esté actuando de manera inapropiada, explíquele por qué sus acciones son inaceptables y cómo debe actuar. Asegúrese de que sus expectativas sean consistentes y estrictas. El niño debe ser enseñado a escuchar los consejos de los padres y entrenadores para tener excelencia en los deportes.
  • Enséñale por qué no se trata solo de él, sino de todo su equipo. Inculcar en él el espíritu de trabajo en equipo para que aprenda a apreciar también los esfuerzos de los demás. Esto le ayudará mucho para abordar los problemas que podría enfrentar cuando sea adulto.

Lo mejor de dejar que el niño participe en un deporte es que tenga la oportunidad de experimentar altas y bajas emocionales en un entorno controlado y amigable. Los deportes pueden darle a su hijo la oportunidad de aprender a ser parte de un equipo, ganar bien, recuperarse de una pérdida y enfrentar experiencias desagradables como lesiones o comportamiento agresivo. Lo más importante que aprende un niño es disfrutar de la diversión de la participación y el trabajo en equipo.

Así que adopta las medidas correctas y ayuda a tu hijo a crecer con espíritu deportivo real. Esto no solo lo ayudará durante el juego, sino que también afectará otros aspectos de su vida de manera positiva. Crecerá hasta convertirse en alguien que es responsable de sus acciones y toma la derrota por su valor nominal.

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